El número de la bestia

Hoy se cumplen 24 años de la salida al mercado del disco que Steve Harris, Bruce Dickinson, Dave Murray, Adrian Smith y Clive Burr colocaron en los anales de la historia del heavy metal y, por ende, de la música. El disco, titulado "The Number of the Beast", fue el tercer redondo de Iron Maiden y a él le deben el comienzo de su espectacular época dorada con un gran éxito mundial, que avalarían disco tras disco desde entonces.
Como en todo disco legendario, abundan los misterios y curiosidades entorno a él. Se cuenta que durante la grabación se producían apagones eléctricos, los contadores se volvían locos, algunas pistas no se grababan correctamente y algunos sucesos de estilo similar. También durante la grabación, cuando el productor Martin Birch se dirigía al estudio sufrió un accidente de coche... se había quedado sin frenos. Más tarde, debido al tema "The Number of the Beast", que trata sobre las experiencias de alguien que contempla un ritual diabólico -también se comenta que pudo haber estado inspirado en La Profecía II- y cuya introducción corresponde a un fragmento del Apocalipsis (concretamente el 13,18), se tildó a la banda de satánicos.
Musicalmente, el disco se apartó de las influencias punk de los dos primeros y, gracias en parte a la voz de Bruce Dickinson -mucho más aguda que la de su predecesor hasta entonces, Paul Di Anno-, le dieron una vuelta de tuerca a su estilo, acabando de definir lo que sería "el sonido maiden". Dobles melodías de guitarra perfectamente armonizadas, donde Murray y Smith se complementaban a la vez que se retaban en cada solo, la notable presencia de las líneas de bajo de Harris, sello inconfundible del grupo, y la pegada del incansable Burr a la batería -tristemente este sería el último disco suyo con Maiden, después le reemplazaría Nicko McBrain-, ponían el terreno para que Dickinson destrozara los tímpanos con su voz de sirena antiaérea.
Con estos elementos, las nueve canciones que componene el disco nos cuentan historias que hablan del diablo, de un hombre encarcelado con sueños de libertad, de la prostitución en la Inglaterra de los ochenta, de las invasiones normandas, de la masacre de los indígenas americanos por el hombre blanco o de los pensamientos de un condenado a muerte poco antes de morir. Las canciones, aún con 24 años de antigüedad, tienen un palco presidencial en cada concierto de Iron Maiden, donde tres temas del disco nunca faltan en cada concierto. Algo tienen los clásicos que nunca pasan de moda.
Dede la Ciudad de Piedra, recomendamos a todo el mundo que escuche el disco, saque sus propias conclusiones... y no se extrañe si durante la reproducción ocurre algo extraño, pues como ellos dicen: life down there is just a strange illusion.

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