Génesis según EditPoly

Al principio no había nada. Y Dios dijo: hágase una Caja. Y la Caja se hizo sin más dilación. Vio entonces que aquello resultaba y dijo: conviértase en un Polígono Editable. Y Dios vio que era bueno.
Observó a los Vértices y Aristas, sustentadores del Todo, y les dijo: creced y multiplicaos. Y así lo hicieron, llenaron la Caja de montones de ellos, pero Dios vio que empezaban a hacinarse. En su infinita sabiduría, Dios observó la Caja y dijo a los súbditos más obedientes, las Caras: extruiros en los ejes horizontal y vertical siguiendo mi plan divino, sin utilizar jamás el triángulo, y yo os recompensaré con un Turbosmooth. Las Caras así lo hicieron y, durante los siguientes días se dedicaron a extruirse, mientras Vértices y Aristas continuaban multiplicándose.
Dios observó su Caja y vio que era una Malla, y esto era bueno. Sin embargo, Caras traidoras habían sido extruidas en forma de triángulo, y las expulsó de la Malla para siempre.
Dios, satisfecho con su creación, dijo a la Malla: eres buena y crearé para ti una compañera, la mitad que te complete, pues así eres sólo la mitad de mi criatura. Y Dios aplicó un Symetry a la Malla, y vio que era bueno. Finalmente, cumpliendo su promesa para con las Caras obedientes, bendijo a sus súbditos lanzando un Turbosmooth sobre la Malla... y vio que era la Hostia.

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Desde hace ya algún tiempo, la imbecilidad humana -ya de por sí fácilmente observable- ha encontrado otra nueva forma de manifestarse, y no es otra que los mensajes SMS en webs y programas de televisión.
Entras en la página web de cualquiera de los periódicos deportivos importantes de nuestro país, y en una bonita franja puedes leer las estupideces que algunos llegan a decir -probablemente desde el trabajo. A mi, los mensajes de estas webs, me recuerdan a las discusiones que teníamos en preescolar, aquellas de:
Sujeto A: Mi estuche es mejor.
Sujeto B: No, el mío es mejor, es verde.
Sujeto A: El verde es una caca, el mio es rojo, es mejor.
Y así se podía seguir interminables horas. Pues estos mensajes son iguales, cambia equipo de fútbol por estuche y añade insultos hacia los habitantes de la ciudad del equipo. Lo curioso es que esta gente es la misma que mientras ve el telediario, exclama orgulloso de su civismo: "... esos moros son idiotas, matarse por una mierda de terreno seco, pufff...". Y ellos, si pudieran le sacarían los ojos a quien diga que Pepinho es mejor que Pepov.
Luego están los mensajes que envían a programas de televisión -doy gracias porque Buenafuente siga sin abrir el grifo de los mensajitos- para decir tonterías obvias. Escriben un piropo al presentador o invitado del show, y a continuación añaden eso de "tq mari pili". Imagino que la satisfacción de esta gente estará en grabarlo en vídeo y demostrar a todos sus amigos que sus palabras han salido en la tele en prime-time, no?.
La verdad es que mientras sigamos así de simples, sin diferenciarnos muchas veces de un rebaño de borregos, no tenemos derecho a quejarnos de la programación de televisión o de los bombardeos de politonos y demás parafernalia. Al fin y al cabo, la gente está deseosa de mandar un SMS a un programa de cotilleo para llamar bobo al último ligue de la folclórica de turno.

Pensamientos húmedos

Hoy, mientras me duchaba en las instalaciones construidas a tal efecto en el Servei d'Esports de la universidad, se me ha ocurrido una pregunta: ¿quién demonios regula la presión y temperatura del agua? ¿Un faquir?. Cada vez estoy más convencido de que realmente fue un faquir... o un sadomasoquista. Voy a explicar la razón de tal sospecha.
Resulta, que las duchas son de esas que se aprieta un botón y sale el agua durante un tiempo X - número real que depende de la sequía del momento y acumulación de cal en la ducha. Hasta aquí todo bien, pero ahora viene lo divertido. En el momento en que pulsas el botón, el agua sale inmediatamente con una fuerza sobrenatural - recordáis el anuncio ese de gel que decía que al ducharnos arrancamos algunas células protectoras de la piel, pues estas duchas te las arrancan todas, se queda eso como la defensa del Castellón- ... y fría. No da tiempo a apartarse -creedme lo he intentado, parecía que estaba bailando Thriller en la ducha- y claro, te da de lleno. Luego, una vez recuperado del susto inicial, te colocas en la posición políticamente correcta y adoptada como estándar para ducharte, y te encuentras con otro inconveniente: el chorro de agua cae directamente sobre las partes más delicadas de la anatomía masculina. Solución: acercarse más a la pared - o criar barriga, aunque esto no es muy lógico dado el lugar donde nos encontramos-, aunque parece que estés orando en el muro de las lamentaciones.
A estas alturas, el agua ya se ha calentado hasta el punto de ebullición, pero sólo para volverse a enfríar en otro tiempo aleatorio -llamémosle Y en este caso, número real dependiente del precio del gas en un instante temporal T.
Resumiendo, hasta ahora tenemos tres problemas: agua con mucha presión, alternancia frío-calor extremo y dirigida a las partes nobles. Los dos primeros problemas no tienen solución, el señor/a de mantenimiento - de aquí en adelante faquir maníaco enamorado de su trabajo - tiene control absoluto sobre ellos. El tercero se soluciona como he comentado anteriormente, aunque entonces casi no puedes mover los brazos para lavarte la cabeza.
En fin, si persistimos en nuestra manía de ducharnos después de hacer ejercicio, cosa para nada necesaria, saldremos de la ducha con pequeñas hendiduras en la carne a causa de la presión - eso si la fuerza no te lanza contra la pared de enfrente y te golpeas la cabeza con otro pulsador -, quemaduras en nuestra delicada piel tanto por frío como por calor y dolor en la zona abdominal inferior -osea, dolor de huevos. Vamos, que si Hitchcock llega a conocer estas duchas, la mítica escena de Psicosis no hubiera necesitado asesino.

El juego de los hábitos

Recientemente, ha estado circulando por blogs amigos una jueguecito consistente en contar cinco hábitos o manías personales. Me ha llegado el testigo, así que el bueno de Sparragol contará cinco costumbres fuertemente arraigadas en sus quehaceres cotidianos. Allá vamos.

- Normalmente trato de adivinar qué hace la gente que me rodea dondequiera que me encuentre. Por sus ropas, paquetes que puedan llevar y multitud de otros factores, creo una historia acerca del personaje que no se si es cierta o no. Aunque cuando puedo enterarme de la verdad suelo acertar :-S.
- En el momento en que me siento a una mesa y siempre que llevo manga larga, no dejo de arremangarme haga la temperatura que haga.
- No salgo de casa sin un naipe español metido en mi cartera, aunque no tengo claro el porqué. Obviamente es uno en concreto que no revelaré aquí ;-).
- Cuando veo una película en DVD, cambio constantemente entre todos los idiomas disponibles. Es una pasada escuchar a Gollum en alemán xD.
- Y ya la última manía. Comer carne humana, preferiblemente de doncellas incautas, todos los días de luna llena. Lo que va unido a mi irremediable costumbre de transformarme en lobo esas noches.
Bueno, pues esto es todo amigos. Tengo más costumbres, pero me las dejo para cuando publiquen mi biografía.
NOTA: como no tengo más amigos con blog, no paso el testigo a nadie, jejeje.

El mundo perdido

Esta semana ha aparecido en todas partes una noticia bastante inusual y, que por lo menos a mi, me ha alegrado escuchar. Resulta que, como todos sabemos, una expedición científica ha encontrado en Papúa una selva virgen, poblada por especies desconocidas hasta el momento.
La verdad es que a mi parecer, esto ha sido un balón de oxígeno entre tantas noticias de muerte y destrucción sobre la faz del mundo en que vivimos. Un mundo en que nos alegramos de ver nevar en cotas bajísimas, ajenos a la señal de que el cáncer de la Tierra se extiende. Un mundo en que estamos rodeados de montones de "grandes hermanos" orbitando alrededor del planeta con el fin de saberlo todo. Un mundo en que autómatas de carne y hueso cometen los más atroces asesinatos, en nombre de la fe que produce el miedo y la opresión, tan sólo por unos garabatos en papel. Un mundo en que el respeto por el medio ambiente, no es más que colocar papeleras en el nuevo paseo marítimo ganado a una playa única. Un mundo en que tapamos los verdaderos problemas con absurdas cabezas de turco. En definitiva, un mundo enfermo.
Creo que es bonito saber que en el siglo XXI, aún existen lugares que el mayor depredador de la historia no ha pisado. Lugares en que algún humano afortunado puede sentirse como el doctor Livingstone cuando vio por primera vez las Cataratas Victoria, o sentir la emoción de observar seres vivos desconocidos, como si de Charles Darwin se tratara. Lograr ver algo que el hombre no ha podido modificar todavía. Sentarse en una roca y escuchar el despliegue de la naturaleza en todo su esplendor.
Aunque la mala noticia que se desprende de esto, es que ya nos queda un lugar menos en el que perdernos. Dentro de nada, más expediciones etiquetarán hasta el último de los insectos de la selva de Papúa y, si no se declara paraje protegido, levantarán un "todo incluido" con vistas a los claros más espectaculares.
Así que, aquellos que alguna vez soñaron con meditar en las cumbres del Himalaya, ver amanecer en el Machu-Picchu o sentirse perdidos en una isla del Pacífico, es hora de emprender la aventura, que cada vez los lugares santuario son más raros.