El mundo perdido

Esta semana ha aparecido en todas partes una noticia bastante inusual y, que por lo menos a mi, me ha alegrado escuchar. Resulta que, como todos sabemos, una expedición científica ha encontrado en Papúa una selva virgen, poblada por especies desconocidas hasta el momento.
La verdad es que a mi parecer, esto ha sido un balón de oxígeno entre tantas noticias de muerte y destrucción sobre la faz del mundo en que vivimos. Un mundo en que nos alegramos de ver nevar en cotas bajísimas, ajenos a la señal de que el cáncer de la Tierra se extiende. Un mundo en que estamos rodeados de montones de "grandes hermanos" orbitando alrededor del planeta con el fin de saberlo todo. Un mundo en que autómatas de carne y hueso cometen los más atroces asesinatos, en nombre de la fe que produce el miedo y la opresión, tan sólo por unos garabatos en papel. Un mundo en que el respeto por el medio ambiente, no es más que colocar papeleras en el nuevo paseo marítimo ganado a una playa única. Un mundo en que tapamos los verdaderos problemas con absurdas cabezas de turco. En definitiva, un mundo enfermo.
Creo que es bonito saber que en el siglo XXI, aún existen lugares que el mayor depredador de la historia no ha pisado. Lugares en que algún humano afortunado puede sentirse como el doctor Livingstone cuando vio por primera vez las Cataratas Victoria, o sentir la emoción de observar seres vivos desconocidos, como si de Charles Darwin se tratara. Lograr ver algo que el hombre no ha podido modificar todavía. Sentarse en una roca y escuchar el despliegue de la naturaleza en todo su esplendor.
Aunque la mala noticia que se desprende de esto, es que ya nos queda un lugar menos en el que perdernos. Dentro de nada, más expediciones etiquetarán hasta el último de los insectos de la selva de Papúa y, si no se declara paraje protegido, levantarán un "todo incluido" con vistas a los claros más espectaculares.
Así que, aquellos que alguna vez soñaron con meditar en las cumbres del Himalaya, ver amanecer en el Machu-Picchu o sentirse perdidos en una isla del Pacífico, es hora de emprender la aventura, que cada vez los lugares santuario son más raros.

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