La oficina de aquí al lado: Prólogo - Rosa Mari la analista

Rosa Mari es una analista altamente cualificada. Durante años estuvo al servicio de una de las mejores compañías del sector hasta que, debido al nivel de estrés acumulado, decidió cerrar aquella etapa de su vida y buscarse un trabajo cerca de casa. Era hora de dejar paso a la vida familiar.
El primer día que se sentó en su nuevo puesto, se dio cuenta de que muchas cosas habían cambiado. El sistema que tan bien conociera antaño nada tenía que ver con el complejo entramado de procesos al que ahora se enfrentaba. Sus compañeros que tanto la respetaron en sus días de responsable de grupo estrella estaban muy lejos de allí. Por si esto fuera poco, la máquina de café tenía dos opciones más que la de su anterior trabajo. Bastante esfuerzo costaba decidir entre solo o con leche, para encima tener que preocuparse por el amargo o dulce.
Entre bromas y amables conversaciones de almuerzo, sus nuevos compañeros trataban de descubrir si Rosa Mari era quien decía ser, o aprovechaba la oportunidad de forjarse una nueva identidad respaldada en un brillante pasado ficticio.
Pronto llegó el día de la primera nómina, y fue entonces cuando tanto ella como sus compañeros conocieron la verdad: era una programadora junior con el sueldo de un analista.
Las envidias comenzaron a aflorar entre sus subordinados, mientras ella se regodeaba en la ignorancia de que gustaba disfrutar. No tenía por qué saber cómo buscar el porcentaje de retención del IRPF, al fin y al cabo acababa de llegar a la empresa y aún debía aprender el sistema.
Lejos de demostrar la capacidad de asimilación y análisis de que hizo gala en el pasado, Rosa Mari prefirió pasar palabra y disfrutar de la nueva vida que podía disfrutar. Y estas son las anécdotas que pueblan su interminable jornada laboral de siete horas.

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