Metallic way of life (El finntroll de mi finntrolleria III)

Ya estamos dentro de la zona de conciertos y ahora tenemos una primera misión: acercarnos a la caseta de tickets y comprar un montón de litros de cerveza, porque no podemos deshidratarnos y el calor suele ser agobiante.
Ahora hay que poner a prueba a las camareras de las barras y asegurarnos de que en momentos de necesidad nos atenderán rápidamente. Una vez con los suministros de cerveza en buen estado, nos acercamos al escenario donde están buscando a "Juantxu" insistentemente sin encontrarlo. Nos paramos a cierta distancia, nos hacemos la primera foto con el escenario a nuestras espaldas, y preguntamos aquello de "¿quién toca ahora?". Aquí es cuando hay que demostrar culturilla, véase el ejemplo:
-Tocan los "Deshollinadores de las Chimeneas del Infierno". No se que tocarán.
(Opción 1)-Ummm... me suena que tocan trash-power-alpino, algo parecido a "Mamoplastia" pero con más melodía.
(Opción 2)-Son trash-power-alpino, están guapos. Yo me bajé un par de discos y molan. Tienen un temazo que se llama "stones in the dark wood" que se sale, si lo tocan me da algo.
(Opción 3, la mejor)-Son trash-power-alpino. Yo les vi como teloneros de John Noone en Barcelona cuando vino en solitario con el bajista de los "Discípulos de Alf" y el bateria de "Atapuerca". No estuvieron mal, pero el sonido fatal, aunque el guitarra es bueno el cabrón, antes tocaba con un coro de monjes nepalís.
Ahora todos los de alrededor saben que controlamos de metal. Después de algunos comentarios banales sobre el tiempo de la zona, los grupos que queremos ver hoy y demás, es hora de que empiece el concierto y se dice aquello de "bueno, vamos a ver que tal estos", inmediatamente después aplaudiremos a la banda y silbaremos para animarles. Si nos gusta, nos giraremos hacia algún amigo y poniendo cara "quién lo iba a decir" comentaremos: Ah! Pues meten cañita los tipets. Dependiendo del grado de emoción, nos acercaremos a las primeras filas para intentar conseguir una púa (para cuando sean famosos) o nos quedaremos donde estamos, para despedirles con aplausos (aunque no nos hayan gustado, no es cuestión de desmoralizarles). Si el grupo toca alguna versión, o tienen una canción conocida, hay que decir aquello de "yo esa la toco con mi grupo, nos queda de puta madre, aunque el solo lo cambiamos un poco". Ahora hay que esperar una media hora hasta que empiece el siguiente concierto, así que miraremos a la peña y les diremos "bueno ¿qué?, una birra", la cual acompañaremos de comentarios del show, donde siempre hay que decir que el sonido estuvo mal y que el cantante no llegaba a los tonos altos, eso queda muy bien y parece que entiendes del tema.
Aprovechando que tocan unos que no nos gustan nada, recorreremos los tenderetes, donde podremos encontrar todo tipo de complementos heavy, desde anillos de calaveras a armaduras medievales completas, muy prácticas con este calor. Compraremos alguna chapa, pulsera o similar, y nos acercaremos a referescarnos a las barras. Luego nos iremos al escenario otra vez a ver al siguiente grupo, momento que aprovecharemos para quitarnos la camiseta y así poder lucir los tatuajes que tanto nos han costado.
Poco a poco, van pasando los grupos uno tras otro, anochece, y llega el momento del cabeza de cartel. Después de haber descubierto alguna banda y, gracias al nivel de alcohol, haber saltado como posesos en las primeras filas, llega nuestro favorito. Comentamos las veces que los hemos visto en los más variopintos lugares, y nos preparamos para recibirles.
Empieza el concierto, movemos la cabeza adelante y atrás, también meneamos la espalda, las piernas, esto es mejor que el método Pilates. Ahora llega el momento del "air guitar". Empezamos a emular a nuestros ídolos en nuestra guitarra imaginaria, ¡qué solos! ¡pedazo de riff!, no parece tan difícil, me sale de puta madre, parece hasta que toco yo. Extasiados tocan nuestro tema favorito, ¡ohhhhhh, siiiii!. Nos sabemos el set list de memoria, para algo son nuestro grupo predilecto, sabemos que van a hacer el bis, van a tocar ese tema que estamos esperando... la baladita. Porque, aunque un heavy nunca dirá que le gustan las baladas, a todos les encantan. El heavy es un ser que ama, siente y padece tras su dura coraza forjada de metal, en ocasiones perforada. En este momento, el heavy llama a su novia para conectar con ella a un nivel astral, y pasado el mágico momento, vuelve a ponerse la cota de malla, mirando alrededor a ver si alguien le ha visto. Nada, seguimos siendo el más duro del barrio. Nuestro ídolo termina el concierto con la recurrente frase (que siempre nos creemos) de "habéis sido el mejor público de toda mi vida, viva España, gracias y hasta pronto", y nos acercamos a la barra de nuevo con los ojos vidriosos, extasiados y contentos de la descarga que acabamos de ver. Comentamos con los colegas el concierto, y llegamos a la conclusión de que se han salido.
Ahora sólo queda ir a la tienda a dormir, un par de días más parecidos y vuelta a casa.

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