Anécdotas sobre mi ordenador I

Hola de nuevo! Hoy, debido a los calores que estamos sufriendo, voy a contar una bonita anécdota que me ha venido a la cabeza.
Un buen día de diciembre de hace algún tiempo, compré un ordenador potente para hacer la carrera (bueno vale, para que me funcionaran los últimos juegos) con procesador AMD, en una cadena de informática de cuatro letras que empieza por J. Sin más novedad, el ordenador funcionó perfectamente hasta que empezaron los primeros calores de la primavera.
De todos es sabido que los AMD a altas frecuencias se calientan más que Shin-Chan con Nanako, pero parece ser que los vendedores no lo sabían.
Total, que el ordenador empieza a colgarse sin parar, se reiniciaba solo, el buffer de la grabadora iba a su bola y demás problemas. Así que un buen dia decido abrir la carcasa y me encuentro el siguiente panorama: las abrazaderas de los cables medio derretidas (de hecho había una fundida sobre el módem que parecía una pizza cuatro quesos) y una bonita pegatina transparente tapando la salida del aire. En esta pegatina se podía leer: Remove this label before the deliverance (quitar la pegatina antes de la entrega).
Bien, de todo esto se deduce mi enfado y consternación, así que le quito la pegatina, limpio el desastre y dejo la caja abierta para que entre el aire. Además me aseguro de que funcione el ventilador del procesador.
Pasan los dias y la cosa iba mejor, los sensores de temperatura indicaban temperaturas altas pero moderadas (aunque detectaba borrascas en el NorthBridge), sin embargo al poco tiempo vuelven los problemas. Calor y más calor y, finalmente cae la grabadora.
Voy al servicio técnico (si se le puede llamar así al circo que tienen en la trastienda esa gente) de la tienda donde lo compré, y explico mi problema con la grabadora. El muy eficiente "técnico" no se lo cree, y prueba a grabar un CD. Obviamente le falla la grabación. Pensativo e insistinte vuelve a intentarlo y claro está, vuelve a fallar. Ahora sí se le enciende la bombillita en la cabeza y me pregunta con cara de satisfacción: "¿Has probado a grabar con juegos?". Claro, ante esta pregunta me quedo a cuadros, ¿tal vez compré una grabadora específica para juegos y mi ignorancia me tenía cegado?. Le digo que sí y que además de juegos me gustaría grabar más cosas (como un letrero en su frente que pusiera Nothing Inside). Y nada, se queda el ordenador y la grabadora para arreglármelo y ponerme más memoria.
De nuevo trascurren unos interminables dias hasta que el ordenador está listo y voy a buscarlo. Me saca el ordenador, me planta la factura y mientras voy pagando le pregunto si ya no se cuelga y va finito. A esta pregunta, el premio nobel atrapado en el trabajo de un técnico de ordenadores me responde: "Ah! ¿pero que se colgaba? Yo lo he encendido y no se me ha colgado". Bueno, me imagino su gran reparación, el tio puso la memoria nueva, me cambió la grabadora vieja por una nueva y arreglado. Así que pago la factura y me voy, consciente de que pronto volveré a estar allí.
Pero ahora viene lo bueno de verdad. Llego a casa, mi padre hartito de pagar facturas de ordenadores en los últimos meses, y me dispongo a encender el ordenador. Arranca el sistema operativo, reconoce la memoria y la grabadora (creedme, no las tenía todas conmigo), y cuando voy a intentar olvidar mis problemas matando zombies, el oprdenador se apaga. Lo intento volver a encender doscientas veces y nada. Tan cabreado que por poco me convierto en la Masa, cojo el ordenador y me voy a la tienda a que me lo arreglen bien (la reparación lógicamente aún estaba en garantía). Le monto el pollo al tipejo de la tienda y le digo que ya me lo está reparando que lo necesito para trabajar urgentemente. El tio me dice que de garantía nanai, que la garantía la tiene la memoria y la grabadora que me habia instalado, no la reparación que, según él, yo jamás llegué a encargarle. Así que cuando el tio se iba para dentro con mi ordenador, se lo quito de las manos y me voy gritando las maravillas de la tienda, su personal y demás ante unos cuantos clientes que allí se encontraban.
Directamente llevo el ordenador a otra tienda importándome un pepino que se le pase la garantía al ordenador y gaitas. Lo dejo en la otra casa, unos grandes profesionales de verdad, eficientes, educados y desde luego que saben lo que hacen y me voy a mi casa. Dias después recibo una llamada del servicio técnico, y tras identificarse esto es lo primero que me dice: "¿Pero quien demonios te ha montado esto? Tienes un ventilador que no sirve ni para un Pentium a 500Mhz en un AMD 1 Ghz. Menuda chapuza. Mira, tienes la placa base rota, se han fundido alguno componentes y el procesador vamos a mirarlo pero la cosa pinta mal." Nada, ante estas noticias les pido que cambien lo que sea pero que me lo dejen finito, que quiero mi ordenador ya.
Una semana más tarde voy a recogerlo, por suerte el procesador estaba bien y no necesitó cambio, pero la placa base era nueva, y ahora tenía un ventilador que podía ponerlo de aire acondicionado en mi casa. Mientras pagaba, salió el técnico que "había llevado el caso", y me puso a parir a quienes me habian vendido el equipo en esas condiciones, yo finalmente revelé el nombre, con lo que las críticas aumentaron en volumen así como en anécdotas de casos anteriores. Pagué lo suyo, pero contento, desde entonces nunca más he vuelto al servicio técnico.

Jeje, pues eso es todo, ahora suena divertido, pero los cabreos que cogía cada vez que iba a la tienda eran de escándalo. Próximamente publicaré algunas de las conversaciones que recuerdo de las sucesivas veces que visité el establecimiento, totalmente reales, que dejan al descubierto la incompetencia de algunos miembros supuestamente productivos de nuestra sociedad.

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